Buscando castillo recorre mi tierra,
levantando puentes de madera,
de acero después.
Y sin sombra me apresto
a resistir la invasión,
de orden de atacar desnudo
porque a la enemiga amo.
Más no puedo sostener su sitio
si el intenso fuego mi temple arquea
y a mi voluntad hace arder.
Vencido, como tibio río me derramo,
el silencio contraído es gemido,
ahogado por fin en sus brazos,
conquistado
dormido.
.
MÁS CAMINOS
Hace 8 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario